lunes, marzo 26

Uno menos popular: la procesión va por fuera

Antes que nada, feliz por el post anterior: por gracia de los commentators me enteré de un montón de cosas interesante, útiles y -no pun intended- educativas, algo que no suele ocurrir en Motoraway Inc (ni en la compentencia, je, je). Pero bueno, es tiempo de moverse, como indica el nombre de la empresa.

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Cuando vino Bush fui a recibirlo con la gente del PIT-CNT, aunque el president todavía no había llegado. Estaba contento, porque me dí cuenta de que éramos más que los que habían ido la semana anterior a vivar al pequeño cónsul, nuestro compatriota TV. Así, el 9 de marzo marchamos entre la gente, pero también curioseamos bastante: es díficil encontrar un lugar cuando uno no tiene banderas. Y para peor, cuando entre la multitud sólo reconoce a amigos con la misma desprotección simbólica.

En un momento vimos a Chifflet y lo seguimos sin que se diera cuenta. Una pequeña columna silenciosa detrás de uno de los pocos políticos dignos que tenía el gobierno. Nuestros quince minutos de disciplina tuvieron por líder a un tipo con pinta de abuelo, rengueando, sin guardaspaldas, con algún simpatizante que se arrimaba a decirle algo cariñoso y con miles de otros que no nos animamos a hablarle (una de las mejores y peores costumbres uruguayas, mezcla de amarretismo para prestar apoyo y respeto a distancia). Más tarde intentamos sumarnos a un coro: "Yanquis no, Bobba Fett" escuchaba yo, pero claro, era otra guerra. Lo confirmé cuando empezó a chorrear el plomo de Viglietti por los altoparlantes. Cuando llegó la tortura sónica de Araca la Cana la necesidad de ir a ver la otra procesión, la de los radicales, se hizo urgente.

En el camino paramos a ver una exposición de un dibujante italiano en el subte. Lindo trazo. Después nos encontramos con otros amigos y nos quedamos en la vereda viendo pasar a la otra marcha, mas sucia, más pintoresca, más divertida, más chica y con más huevos. Cuando llegaron los últimos manifestantes estábamos parados frente a la iglesia de 18. Los petits anarcos estaban por achurar a un fotógrafo amigo al lado nuestro. Por supuesto, no hice nada más que hablarle y huir de las pedradas que empezaron a romper los vidrios. Alejándonos en direccion contraria al pelotón del 26 pasamos por el McDonald's destruido. Ahí sí, un poco de abrigo simbólico. Hasta perdoné un poco a los mongoloides que casi me agujerean la cabeza.

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La semana pasada tuve que hablar con una especie de embajador intelectual brasileiro que vino a hablar en contra del TLC y a favor del Mercosur. Como ando, hace tiempo, muy colgado con las relaciones culturales Uruguay-Brasil, y como en general estoy queriendo a Brasil cada vez más, se me ocurrió preguntarle si entendía que, así como hay un sentimiento muy arraigado en contra de EEUU, podía haber algo parecido contra su país. La cara del tipo mutó y el tono de veterano sabio se transformó en lo más parecido a un rugido que puede emitir un viejo con las cuerdas vocales en las últimas. Ahí me dijo que cómo, que es muy distinto, que EEUU quiere colonizar al Uruguay mientras Brasil quiere desarrollarlo, ayudarlo... Ver a ese montón de arrugas diciendo una mentira tan cuadrada me dio un miedo parecido al que me atacó la primera vez que vi a Vader, cuando tenía siete años. Unas horas después, ya recuperado, se me ocurrió que con ese representante del mal casi jubilado habría que hacer una novela, y ya tenía la primera frase (Llegué a aquel país ridículo en otoño, una pegada en cualquier concurso) cuando me acordé de que tengo prohibido escribir novelas.

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Hace un par de días hablé por gusto con un músico electrónico teutón. El tipo reivindica lo alemán y el sentimiento nacional como soporte para sus composiciones. Para eso, recurre las vanguardias de principios de siglo y a la movida de los 80, pero condena al nazismo (claro) y a los 60. El rechazo me parece igual de valioso que el apego. Últimamente me paspa el uruguayismo integrador de los dosmiles. Mateo, carnaval, so far, so good, so what. Me hacen mal. Arriba Clarín. La radio, eh. Folk-lore and Tan-go!

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