viernes, octubre 3

Mis cuentos

Últimamente ando bastante en taxis. No importa mucho por qué, aunque creo que la ciudad no ha ganado con mi alejamiento momentáneo del volante (el deporte sigue indiferente). Lo cierto que, además de leer en los ónmibus, en los que desde hace unos meses hago viajes más largos, también medito en el asiento de atrás de esos autos peñarolenses. No sé por qué, mientras miro las calles a 30 grados (de inclinación; para la temperatura fatal falta un poco) me da por hacer listas.

La semana pasada me puse a hacer la de mis cuentos favoritos. Al rato me encontré pensando que en general no son cuentos-cuentos, sino que más bien son mininovelas. Soy un hombre de novelas, no hay dudas. O de ensayos, que no son tan distintos. Idea: novela = ensayo + personajes. Otro ensayo: poesía = personaje - idea.

Bueno, después de esta disgresión online, acá va esa lista tachera:

-"Aballay", de Di Benedetto. Un tipo que renuncia a todo, todo. Bueno en realidad, se parece al Barón Rampante de Calvino: no vuelve a tocar la tierra. Ah, y es un gaucho. Nunca desmonta. Vive de la caridad ajena. Un penintente. Es para una novela, claro, pero termina fuerte.

-"El malvado", de Bukowski. Faulkner, William James & cía se pasaron la vida investigando sobre el punto de vista. El animal este agarró para el campito: el punto de vista es el de un depravado total. Al final, nosotros somos él. El punto de vista no como ejercicio intelectual, sino como hazaña de la empatía.

-"Campamento indio", de Hemingway. Me lo recomendó Benito va a hacer veinte años. Chéjov no hubiera podido con esta historia de padre e hijo. "Doctor came at dawn" dice el mejor título de Smog. Acá el doctor llega con su hijo a un parto donde no muere la madre (como en Adiós a las armas), sino el padre. Lo insoportable, en el mejor sentido. Novela, novela.

- "Casa tomada", de Julio. Bueno, con ésto no se puede hacer una novela. Pero es Kafka puro: pega ahí, derecho adonde Freud la pudrió. Una pesadilla colectiva que nos va a acompañar para siempre. Es difícil darle forma a un sueño: gracias eternas.

- "Bienvenido, Bob". ¿Qué tiene de cuento, aparte de la extensión?