Y viva Serbia y viva Peter Handke
Perdió mal Serbia, así es el mundial. Pero se ganaron mi corazón. Son el cuadro más desprolijo desde Bulgaria 94: anti-pro totales. Pegan duro, intentan engañar al juez infantilmente, se pegan entre ellos. Y su estrella se llama Milosevic. Qué más se puede pedir.
La verdad es que me he vuelto bastante pro-serbio desde el asesinato del otro Milosevic, aquel presidente que conducía su propia defensa en un juicio trucho, como los son todos los juicios armados por los vencedores enseguida de una guerra. Y ahí, en el velorio de Milosevic apareció Peter Handke, ese escritor bastante plomazo pero sin temor a la incorrección, para decir lo que todos sabían. O sea, que Occidente había alentado a los serbios a combatir contra los musu, y luego los habían abandonado. Y que ahora que la guerra contra el islam no está tan mal vista, igual no se animaban a reconsiderar el caso. Y que no había buenos y malos en la guerra de los Balcanes.
La ciudad de Düsseldorf le había dado un premio por su trayectoria en pos del esclarecimiento de la verdad y la libertad de expresión a Peter Handke, el obseso de la Europa alternativa, pero luego se lo tuvo quer retirar debido a la presión política de la corrección. Cómo darle un premio importante a un desbocado austríaco proserbio. Es la misma estupidez que nubla a cierta izquierda occidental cuando se trata de defender la libertad de prensa: están tan concentrados en denunciar al sistema como todo que son incapaces de ver las pocas cosas buenas que hay que mantener, prefiriendo arrojarse en los brazos de un 'otro' lejano , aunque sea un muhlá más racista y sexista que Mike Tyson, antes que amigarse con un conservador liberal.
Por eso está decretado que ningún serbio merece ganar un mundial y ningún Peter Handke un premio Heinrich Heine. Y por eso, viva Serbia, y viva Peter Handke.
La verdad es que me he vuelto bastante pro-serbio desde el asesinato del otro Milosevic, aquel presidente que conducía su propia defensa en un juicio trucho, como los son todos los juicios armados por los vencedores enseguida de una guerra. Y ahí, en el velorio de Milosevic apareció Peter Handke, ese escritor bastante plomazo pero sin temor a la incorrección, para decir lo que todos sabían. O sea, que Occidente había alentado a los serbios a combatir contra los musu, y luego los habían abandonado. Y que ahora que la guerra contra el islam no está tan mal vista, igual no se animaban a reconsiderar el caso. Y que no había buenos y malos en la guerra de los Balcanes.
La ciudad de Düsseldorf le había dado un premio por su trayectoria en pos del esclarecimiento de la verdad y la libertad de expresión a Peter Handke, el obseso de la Europa alternativa, pero luego se lo tuvo quer retirar debido a la presión política de la corrección. Cómo darle un premio importante a un desbocado austríaco proserbio. Es la misma estupidez que nubla a cierta izquierda occidental cuando se trata de defender la libertad de prensa: están tan concentrados en denunciar al sistema como todo que son incapaces de ver las pocas cosas buenas que hay que mantener, prefiriendo arrojarse en los brazos de un 'otro' lejano , aunque sea un muhlá más racista y sexista que Mike Tyson, antes que amigarse con un conservador liberal.
Por eso está decretado que ningún serbio merece ganar un mundial y ningún Peter Handke un premio Heinrich Heine. Y por eso, viva Serbia, y viva Peter Handke.
Etiquetas: ilustración, literatura, mitos, política, y la puta que lo parió
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