Discriminación eliminativa
Hace poco, un petit comité me sugirió que no aclarara -en uno de mis informes al planeta Ork- a qué comunidad hacía referencia al reproducir un chiste de avaros. Siguiendo el consejo, me limité a anunciar que iba a citar una pasaje humorístico y punto. En el comité mi posición estaba en minoría, pero la sigo sosteniendo: si uno dice, por ejemplo, 'cuento de españoles', está insultando a los gallegos de una forma más profunda, porque compromete al interlocutor en el reparo de la omisión. O sea, algo suena raro, o algo falta, y el que lo escucha tiene que ponerse a pensar, nada menos, para encontrarle sentido.
Esto viene al caso porque me he brotado luego de ver la nueva campaña, tan festejada, de Ricardito. Ésa en la que simulan un informe sobre la República Oriental del Ricardito, o algo así. Todo bien con eso, ya está visto, pero pasa. El problema es el jingle del postrecito, que como todo nacido antes de 1980 recuerda, decía así:
Chocolate por fuera,
merengue de corazón:
Ricardito
es el negrito
que a los chicos gusta más.
¿Qué hicieron los publicistas de los dosmiles? Lo amputaron de la manera mas arrítmica posible en nombre de la corrección política. Los versos se cortan en 'Ricardito', la música para semiabruptamente, el niño que no conocía la versión original se marea un poco, y al adulto le empieza a saltar ES EL NEGRITO, NEGRITO, NEGRITO como un resorte. Total, un efecto levemente nocivo para los pequeñines -aunque tal vez, como toda disonancia, los prepare para su existencia futura- y la obligación para el adulto de pensar en los aspectos más estúpidos del racismo, como el antiracismo superficial y la política de ocultar las diferencias en nombre de nada.
Déjenme soñar que nunca llegará el día en que un imbécil decida cambiar este diseño por considerarlo ofensivo para alguien.
Esto viene al caso porque me he brotado luego de ver la nueva campaña, tan festejada, de Ricardito. Ésa en la que simulan un informe sobre la República Oriental del Ricardito, o algo así. Todo bien con eso, ya está visto, pero pasa. El problema es el jingle del postrecito, que como todo nacido antes de 1980 recuerda, decía así:
Chocolate por fuera,
merengue de corazón:
Ricardito
es el negrito
que a los chicos gusta más.
¿Qué hicieron los publicistas de los dosmiles? Lo amputaron de la manera mas arrítmica posible en nombre de la corrección política. Los versos se cortan en 'Ricardito', la música para semiabruptamente, el niño que no conocía la versión original se marea un poco, y al adulto le empieza a saltar ES EL NEGRITO, NEGRITO, NEGRITO como un resorte. Total, un efecto levemente nocivo para los pequeñines -aunque tal vez, como toda disonancia, los prepare para su existencia futura- y la obligación para el adulto de pensar en los aspectos más estúpidos del racismo, como el antiracismo superficial y la política de ocultar las diferencias en nombre de nada.
Pero, lo sabéis amables lectores, Motoraway no es un blog de sólo quejas. Vaya aquí esta hermosa estampa de la empresa con mejor imagen corporativa del país. El logo más lindo del continente, y dicho por expertos, eh, por expertos que, como el germano impuro Sigmur (un portento genético), exhiben orgullosos por el mundo discretas dosis de fenotipo afro.
Etiquetas: mitos, semántica, y la puta que lo parió
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