Nace un nuevo idioma ( I )
El municipio de Alberrantes (al este de Castilla-La Mancha, España) acaba de dar a conocer al mundo la existencia de un nuevo idioma. La novel lengua recibe el nombre de espanel y se caracteriza por una marcada diferencia con la nuestra: el equivalente espanel de la palabra castellana 'no' es la palabra 'né'. Convencidas de la indiscutible importancia del vocablo que expresa la negación absoluta, las autoridades de Alberrantes han decidido presentar los reclamos correspondientes a la Comisión Europea de Asuntos Lingüísticos, la más alta autoridad continental en temas idiomáticos. Entre estos reclamos está, por supuesto, la inclusión del espanel entre los idiomas oficiales de la CE, con todas las consecuencias prácticas que ello implica, desde la publicación de resoluciones comunitarias en espanel hasta la enseñanza de la lengua en las escuelas primarias europeas.
Pero el movimiento no termina aquí: las autoridades municipales de Alberrantes han manifestado su intención de presionar políticamente al gobierno español para obtener su propio estatuto autonómico, como ya lo han hecho regiones como Cataluña, el País Vasco y en menor medida, Galicia y Murcia. En este sentido, dan por descontado el impulso que dará a su causa la aceptación del espanel como nueva lengua oficial europea.
Mientras tanto, diversas entidades culturales de Alberrantes se encuentran abocadas a la tarea de conformar los grupos de trabajo que traducirán la literatura universal al espanel. No todo el viento sopla a favor: en los últimos días los especialistas en espanel han debido salir al cruce de versiones que apuntan a la simplicidad de la operación de traductorado. Según estas versiones, todo se limitaría a reemplazar en un texto en castellano la palabra 'no' por 'né', tarea para la cual bastaría programar el software adecuado. Para los espanelistas tales afirmaciones carecen de sentido, pues una sustitución automática pasaría por alto el caso de la doble negación: en estas ocasiones, explican, la primera partícula negativa toma la forma neutra 'no' y recién la segunda ocurrencia adopta la espanelísima 'né'. De acuerdo a los espanelistas, entonces, la traducción al espanel exige un atento equipo humano que domine las lenguas de origen y el propio espanel a la perfección.
Una reciente encuesta revela que más del ochenta por ciento de los casi mil habitantes de Alberrantes utilizan el espanel para su comunicación cotidiana, y más de la mitad de estos espanelparlantes es partidaria de dejar atrás los tiempos en que su lengua era considerada apenas un dialecto. Es pertinente recordar que el empleo del espanel, como el de la mayoría de las lenguas vernáculas de España, fue severamente reprimido durante las cuatro décadas de régimen franquista. Teniendo en cuenta esta injusticia histórica, quién sabe si en un futuro acto de reparación no llegue a imponerse el posible slogan "si eres de Alberrantes, habla espanel".
Pero el movimiento no termina aquí: las autoridades municipales de Alberrantes han manifestado su intención de presionar políticamente al gobierno español para obtener su propio estatuto autonómico, como ya lo han hecho regiones como Cataluña, el País Vasco y en menor medida, Galicia y Murcia. En este sentido, dan por descontado el impulso que dará a su causa la aceptación del espanel como nueva lengua oficial europea.
Mientras tanto, diversas entidades culturales de Alberrantes se encuentran abocadas a la tarea de conformar los grupos de trabajo que traducirán la literatura universal al espanel. No todo el viento sopla a favor: en los últimos días los especialistas en espanel han debido salir al cruce de versiones que apuntan a la simplicidad de la operación de traductorado. Según estas versiones, todo se limitaría a reemplazar en un texto en castellano la palabra 'no' por 'né', tarea para la cual bastaría programar el software adecuado. Para los espanelistas tales afirmaciones carecen de sentido, pues una sustitución automática pasaría por alto el caso de la doble negación: en estas ocasiones, explican, la primera partícula negativa toma la forma neutra 'no' y recién la segunda ocurrencia adopta la espanelísima 'né'. De acuerdo a los espanelistas, entonces, la traducción al espanel exige un atento equipo humano que domine las lenguas de origen y el propio espanel a la perfección.
Una reciente encuesta revela que más del ochenta por ciento de los casi mil habitantes de Alberrantes utilizan el espanel para su comunicación cotidiana, y más de la mitad de estos espanelparlantes es partidaria de dejar atrás los tiempos en que su lengua era considerada apenas un dialecto. Es pertinente recordar que el empleo del espanel, como el de la mayoría de las lenguas vernáculas de España, fue severamente reprimido durante las cuatro décadas de régimen franquista. Teniendo en cuenta esta injusticia histórica, quién sabe si en un futuro acto de reparación no llegue a imponerse el posible slogan "si eres de Alberrantes, habla espanel".
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