martes, noviembre 1

Operación derroche

El miércoles de la semana pasada todos los informativos televisivos anunciaban el repentino agotamiento del stock local del único remedio efectivo contra la gripe aviar. Extrañamente, apenas habían mencionado en los días previos la existencia de tal medicamento. El nombre del remedio y el del laboratorio que lo fabrica no se mencionaban directamente. Ejecutivos del ramo farmacéutico tranquilizaban a la población anunciando una nueva partida del antigripal.

Enfrentado al viaje inminente de un ser querido a la República Popular China, epicentro de la gripe aviar, también yo fui vícitma de la propaganda una vez informado de manera tan indirecta de la existencia de un milagroso antídoto a enfermedad. Averigüé el nombre del nuevo medicamento -Tamiflu, escríbese, y 'tamifú' pronúnciase- y el del viejo laboraorio: Roche. También, a las pocas horas, me entero de que el remedio no estaba agotado. Simplemente, nunca hubo mucho stock porque no era un producto muy vendido. Un producto relativamente caro para el mercado local ($ 800, diez comprimidos de 75 mg), pero todavía muchísimo más barato respecto a lo que indican las leyes de oferta y demanda internacionales (en algunos lugares el mismo paquete sale U$ 100).

Mi conclusión es que a Roche le pareció que la mejor forma de camuflar propaganda como noticia era anunciar un sorpresivo agotamiento de stock y no un repunte en la ventas del medicamento. Contaban con la disposición habitual de los medios locales. Cuando, a los días, la prensa decidió entrevistar al compatriota experto en el tema, el Dr Savio, el sabio puso en duda la eficacia de Tamiflu para combatir las probables formas mutadas de la gripe. Igual ya era tarde; el remedio ya se había vendido bastante, lo que ahora sí hará necesaria una nueva importación, y apuesto a que su precio comenzará a acercase al standard internacional.

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La misma tensión que se experimenta en el mundo farmacéutico entre la disposición de las empresas por magnificar la importancia de sus productos a la vez que intentan evitar la fabricación de equivalentes genéricos -en el caso de Tamiflu, ya han perdido la batalla en Taiwán-, ocurre a nivel mediático. Si por un lado se está expectante ante la generación de la nueva gran noticia que sería una pandemia de gripe aviar, por el otro se trata de poner el asunto en alejada perspectiva. A mí me parece que esta vez se trata de algo distinto a lo que manda el gen uruguayo de negación catástrófica: me parece que la actitud ahora es 'ojalá que sea algo grande y podamos hablar mucho, pero no tan grande como para que nos mate a todos'.

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(*) : Fasano es argentino.