miércoles, octubre 19

La tele de mañana

(Post descriptado. Crítico críptico, repiten las gentes, críptico he escuchado decir a los colegas, críptico y solo críptico se predica de mi sigmuridad ultimamente. Con ánimo de revancha, esta entrega está sembrada de aclaraciones innecesarias. Lamentablemente, Blogspot no me deja linkear las llamadas a sus correspondientes notas al pie.)

Como un turista en casa(1), me he dedicado a contemplar la tele mañanera. He comprobado con alegría que las cosas han cambiado para bien, y creo que la causa principal es el giro periodístico que ha dado la programación de Canal 5(2) desde que asumió la nueva administración. Aunque los programas en sí no fueran buenos, el sólo gesto de desafiar la antigua sentencia que promulgó la televisión privada hace unos años valdría la mayor de las aprobaciones. La condena a la que me refiero es, claro, la que obligaba al público tempranero a padecer recetarios, consejos para mejorar la casa, trucos de limpieza, pronósticos del clima y conductores somnolientos como única opción televisiva. Entre los informativos y el programa de entrevistas La Noticia y su Contexto(3), Canal 5 se ha vuelto una alternativa para los que reclaman a la tele un pelito de las las bondades de la antigua radio AM.

Del otro lado se empieza a acusar el golpe: pequeños retoques periodísticos amenazan destruir el apacible retiro doméstico, o más bien, el terrible tabú del encierro que domina la televisión privada(4). Sin embargo, la reacción más importante corre por cuenta de un verdero mutante de nuestros medios: el doctor en abogacía Juan Carlos Paullier(5). Este neorenacentista -comme Sigmur, comme Sigmur, atájome- ha trasladado su programa Calidad de vida a Canal 12, y ha ganado algo en el camino. Si antes era una especie de sucedáneo médico de esos programas que son publicidad encubierta de servicios de fiestas, galerías de arte, talleres mecánicos(6), ahora ha ganado la cualidad del periodismo político. Y nada menos que de la mano del que, pronostico, será el tema que reflotará la presencia de la derecha en la superficie mediática oriental: la reforma de los servicios de salud que promueve el gobierno.

Durante varios días, el abogado Paullier centró sus emisiones en torno a esta reforma. Para los que no están enterados: el gobierno se propone establecer un intermediario estatal que redistribuya según criterios funcionales los aportes monetarios a las mutualistas para tratar a toda la salud, pública y privada, como un único sistema. Resulta, obviamente, un tema muy sensible para las clases medias y medias altas, por los lógicos temores que encierra. Estas clases son precisamente el target que intenta recuperar nuestra desorganizada derecha, y a ellas también se dirige nuestro buen abogado Paullier. Abandonando la faceta manifiestamente comercial de su programa, puso en marcha verdaderos debates, con 'encuestas'(7) a la audiencia incluídas, en los que participaron políticos y economistas del gobierno y la oposición. A uno de estos debates fue invitado el doctor en medicina Luis Gallo, actual diputado, ex-candidato frustrado al municipio de Canelones. Lo que este doctor hizo en ese programa es digno de toda mi admiración.

Por la naturaleza del tema de la reforma en la salud, que tiene mucho en común con otros temas importantes, como el del aborto, la legalización de algunas sustancias, pero que posee además un componente financiero muy destacadado, nadie habla claramente durante los debates. La izquierda no se anima a decir que algunas empresas van a perder plata y tampoco se anima a anunciar abiertamente que es una medida de emparejamiento socialista socialista(8). La derecha sí se anima a augurar una suba de las cuotas mutuales, mientras oculta al lobby empresario que representa(9). En este tren, el adversario ocasional del Dr. Gallo se escudaba en una serie de aspectos formales que, horreur, volverían desprolija la presentación de la ley de la manera en que se dió. Tras veinte minutos de cháchara legal, anuncios varios sobre el imparable descenso online de la aprobación de la audiencia a las intenciones del gobierno y comentarios bastante parciales del propio Paullier, el doctor Gallo estalló. Hizo lo que ningún político, ni siquiera el Pai Gurú(10), puede hacer: decir la verdad. "Ustedes lo que quieren es seguir protegiendo a los grandes empresarios médicos y nosotros queremos terminar con eso, queremos que se deje de lucrar con la salud, hace 40 años que estoy luchando por una reforma de la salud y ahora vamos a hacerlo", gritó Gallo, y así ascendió al segundo puesto de mi top 5 de Docs, un escalón abajo de Kevorkian y uno arriba de Victor Von Doom (11). Paullier, mientras tanto, tartamudeaba, ponía la boca en O, pedía explicaciones y la tanda, mientras miraba con resignación y bronca(12) al desubicado doctor en medicina que habia insinuado una sacudida en el flujo de auspiciantes.

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En tenue relación con todo esto, otro canal ha puesto al aire una serie sobre médicos, como para mojarle la oreja a Paullier y pisarle la cola a su programa, ya que se emite hacia el mediodía. La historia va de un superneurocirujano neoryorkino, viudo novel, que se traslada a un pequeño pueblo del medio-oeste norteamericano -Everwood, epónimo de la serie- para hacer el bien como médico general y poder asumir la crianza en solitario de sus hijos. Los personajes son estereotipados, todo es previsible y cursi. Sin embargo, esta semana dieron un capítulo especial. El consejo del pueblo deber reunirse para decidir qué hacer con la plantación de cannabis que acaba de descubrirse en el jardín de una mujer recientemen y oncológicamente fallecida. La discusión se plantea estrictamente en términos terapéuticos, pero resulta muy interesante que en el mundo de la serie la posición favorable a mantener y distruibuir la marihuana como relajante para enfermos terminales resulta la vencedora moral, aunque no obtiene la mayoría de los votos.

El canal que pasa Everwood es el 4, por supuesto. El casi inexistente control de calidad de Montecarlo aún sigue funcionando en ambas direcciones, esto es, emiten la peor bazofia pero también dejan pasar verdaderas joyas del audiovisual mundial. A veces, también, se les escapan detallitos interesantes como esta tímida defensa del consumo de porrete. (13)

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1-Alusión pelotuda a Gang of Four: at home he feels like a tourist/ he fills his head with culture.

2-Canal 5, como le decimos en Montevideo, es la rama TV del S.O.D.R.E. (servicio oficial de radiodifusión y espectáculos) , cabeza de la única verdadera red televisiva de Uruguay. Un oscuro personaje, el Sr. Doyenart, encuestador desvergonzado que imprimió un panfleto apoyando al candidato de la derecha en el ballotage del '99 pero que siguió contando con un incomprensible apoyo de la izquierda cuando estuvo al frente de Canal 5, rebautizó puerilmente el sistema de televisión pública como TVeo. Ya es hora de que se restaure la nomenclatura original. Stalingrado volvió a ser Volgogrado, a no quedar en orsai.

3-¿Es realmente snob no poder dejar de considerar que en ninguno de los que trabajó en la presentación del programa brotó la asociación entre las inciales NYC, así, todas juntas en el logo, y la marca registrada, a esta altura, New York City?

4-Alusión fallida a
El Angel Exterminador, la peli de Buñuel donde un grupo de burgueses inexplicablemente no puede salir de una mansión donde asistieron a una fiesta.

5-De memoria, nomás: Paullier era comentarista deportivo -sí, esos que llenan los huecos entre el relator de partidos de fútbol y el locutor de avisos- es abogado del Banco Central, derivó en 'divulgador científico', aterrizó en Canal 4 con su programa sobre consultorios, clínicas, tratamientos, productos médicos y ahora lo repite en el 12.

6-A quien esto le resulte extraño, que intente ver Canal 10 un sábado de tarde: programas-aviso truchísimos durante 4 horas.

7-A propósito, leí de rebote lo único que vale la pena de Caras y Caretas, la columna de Bayce, donde plantea de manera clara la siguiente cuestión: quién decide qué encuestan las encuestadoras. La elección de los temas marca gran parte de la agenda política, si nos atenemos a las encuestadoras 'serias' y no a las Fasano-friendly.

8-Repetición voluntaria, para continuar con el tono del post, pero también para destacar el caracter verdaderamente principista de la propuesta del gobierno.

9-Y es gracioso que la representación del status-quo tenga siempre que ser disimulada, pero de alguna manera ese disimulo resulta más sincero que el de la izquierda, que deber renegar públicamente de sus principios.

10-Mujica.

11-Esto no es críptico. Y además existe Google.

12-Homenaje a una expresión de Paremos La Mano, un programa argentino rarísimo que emitía Canal 4, tan delirante que hasta Francella parecía gracioso. Todavía no conozco a nadie fuera de mi familia que lo haya visto. Actuaban Alberto Martín y Gianni Lunadei.

13-Empiezo queriendo hablar bien de Sonia Breccia y termino con alabanzas a los Romay. Incorregible.