jueves, diciembre 2

John Sladek y los bestsellers

John Sladek es - junto con el brasileño Silviano Santiago- el descubrimiento literario de mi año. El amigo que commenta como Viktor tuvo la generosidad de prestarme su ejemplar de Roderick at Random, que acabo de terminar. Siendo tosco: El Idiota escrito por Kurt Vonnegut, más juegos de palabras, citas literarias y una obsesión robótica desatada. Un humor tan amargo y una prosa casi tan seca como la del viejo Kurt, pero con estratégicos momentos de despegue que te hacen agarrar del libro con las dos manos.

Apurado y con mucho más respeto que por L L Bigga, traduzco este fragmentito; no porque sea representativo de la grandeza de la novela, sino porque coincide con mi actual interés por la forma del bestseller y porque supera a todo el material teórico que he encontrado al respecto y porque no he sabido de una edición en castellano de este Roderick, que estuvo por llamarse La Educación de un Joven Robot y fue escrito un par de años antes que Neuromante, en 1982.

Jud Mill era un hombre de aspecto distinguido sin edad ni sexo definidos. Comenzó a distruibuir carpetas en el escritorio y a hojearlas con anteojos de lectura en cámara lenta.
-Admito de buena gana que hemos tenido algunos problemas, señor Moxon, con este plan de Edición Directa. Cuando el señor Kratt me introdujo como consultor de manejo mediático, le dije que preveía problemas con los escritores. Obviamente todo funcionó a las mil maravillas con las cadenas de librerías, la gente de estudios de mercado, las editoriales... pero los escritores daban problemas. Los escritores siempre arruinan el pastel.
-¿Qué ocurrió? ¿Edición directa?
-Funciona así: el autor escribe directamente en una computadora. Esta está conectada a las cadenas de librerías, a sus computadoras de ventas y a programas de análisis de prosa. La idea era darle feedback instantáneo al escritor; en cuanto hila algunas palabritas, la computadora las envía y le dice qué tan buenas son.
-¿Qué tan buenas son?
-Para sus ventas. Comparando sus frases con frases de sus libros anteriores y con registros de ventas actualizados, el sistema puede ayudarlo a dar forma a su prosa al mismo tiempo que escribe.
-Pero salió mal.
-En cierto sentido. Teníamos a este destacado escritor de Ediciones Katrat instalado en su casa en el paraíso fiscal de Nassau, martillando su libro en nuestro sistema de ED, cuando evidentemente cayó en algún tipo de bloqueo. Entonces, para cumplir con su cuota empezó a, bueno, a plagiar sus propios libros anteriores. Naturalmente, la computadora calificó esto como material altamente vendible, y me temo que fue enviado a producción. Verá, la computadora también comanda la impresión y... bueno, de hecho, Las Colinas Lejanas es una copia textual de Situación Roja, y treinta millones de copias salieron a la calle.
-Dios mío. Podríamos ser demandados por treinta millones de consumidores.
-No, extrañamente le está yendo muy bien en ventas y hasta el momento nadie parece haberse dado cuenta. Las cifras de distribuidores sugerirían incluso una nueva edición.
Abrió otra carpeta y se sentó, causando una arruga en el cuello de su camisa a rayas.
-Eso no importa ya. Lo que yo quería hacer es implementar un plan absolutamente a prueba de tontos: autoría totalmente computarizada.

Moxon se mostró sorprendido.
-Pensaba que...
-¿Que las computadoras no estaban prontas? No para producir trabajos de "contenido literario duradero", no, pero para escribir libros que dan buena plata, sí. Naturalemten, tenemos que mantener la ilusión de un autor, crear un personaje usando la foto de un modelo, una biografia inventada, e incluso, si es necesario, un actor para que aparezca en TV. Lo he charlado con el señor Zell en...
-Espere un minuto. No estoy muy convencido de abandonar el toque humano así nomás, el escritor es muy...
-El escritor es un gran problema para todo el mundo- dijo Mill.-Cuando uno está tratando de
orquestar un negocio grande y complejo, de armonizar todos los elementos del paquete en la cantidad y el momento justos, el escritor es un estorbo. Cuando diseñé cierto proyecto importante hace unos años junto a Sol Alter, empezamos una una idea de un renglón. Luego conseguimos una estrella de renombre interesada en aparecer en una película, lo que nos habilitó a asegurarnos un trato para una película de más de seis cifras, y con todo eso ya teníamos algo que ofrecerle a los editores. Llegamos a un contrato por una edición barata de siete cifras y desde entonces no tuvimos ningún obstáculo para obtener lo que queríamos de serialización en revistas, club de lectores, derechos para el extranjero, especiales de cable, opciones para una serie televisiva, tiras en periódicos,camisetas, juegos de mesa, libros para colorear y todo lo demás. Luego conseguimos la música y agregamos esos derechos. Y entonces, y tan sólo entonces, contratamos a un escritor para que desarrollara el guión y la novela, la ficcionalización. Le pagamos doscientos mil, creo, y nada de porcentajes. Ese libro, señor Moxon, fue Muchacho y Muchacha.
-Me sentiría mejor sobre este escritor computarizado si pudiera ver una muestra de su trabajo.
-¿Para qué le serviría verla? Está bien, tome...

Moxon tomó los papeles y los estudió un minuto.
-¿Esto es una broma, Jud? Ni siquiera tiene buena ortografía, parece algo escrito por un niño de seis años en su recreo.
-No, bien, nuestra investigación de mercado fue muy estricta, y todo inidica que esto es lo que se viene, en tanto el nivel de competencia lingüística del público sigue decayendo y la demanda se inclina hacia material más regresivo, cuentos de hadas, lenguaje básico, frases cortas...