miércoles, noviembre 24

Lloro por tí, Argentina. Y por los que estamos cerca.

Anoche fui a ver Memoria del Saqueo. Me pareció una muy buena película; buena por necesaria. No es que me parezca que lo que dice no pueda ser dicho por escrito -y en un artículo no muy extenso-, salvo las impresionantes imágenes de niños hospitalizados por desnutrición. Pero ocurre que el medio audiovisual es lo poco que va quedando para trasmitir contenidos ideológicos en nuestras cada vez más analfabetas sociedades. También reconozco haber sido afectado por esa firme voluntad de mostrar lo peor e insistir en ello, tal vez porque vengo de Chile, un país experto en esconder sus miserias.

Hace poco le comentaba a Ghetta que Argentina me duele. Estando en Brasil me dí cuenta que el motivo principal es que veo en la sociedad argentina una amplificación de los defectos de la uruguaya; porque es muy evidente que Argentina y Uruguay son una misma esencia a la que se han modificado variables muy concretas: ¿qué tal si hacemos esto más grande/pequeño?, ¿qué tal si le ponemos más españoles/italianos?, ¿qué tal si a estos les damos petróleo?, ¿qué tal si no les privatizamos todo?, ¿qué tal si acá dejamos existir a la izquierda? Me parece natural caer en este tipo de especulaciones divinas puesto que fui educado en la creencia de que vivía en un país artificial creado por la diplomacia europea. Y aún sigo pensando que las diferencias de Uruguay con la provincias argentinas de la Liga Federal y con Río Grande do Sul son puras decisiones arbitrarias vueltas naturalmente aceptables sólo por su continuación en el tiempo. Políticas.

Habiendo aclarado que la peli me pareció buena y mi estado de ánimo respecto a esos otros rioplatenses, ahora sí, algunas cuestiones negativas. En primer lugar, Perón. Creo que somos legión los uruguayos incapacitados para comprender cabalmente ese fenómeno. Y la película está marcada por la filiación política de su director. Se enfatiza constantemente la condición radical del "traidor" Alfonsín, pero jamás se dice que el Malo Capicúa es peronista, y solamente se habla negativamente del "justicialismo" en general. Las únicas figuras individuales presentadas como positivas son dos militares: Mosconi y Perón. Y la primera mujer de este último, claro.

Luego está el "final feliz". Para empezar, no me pareció nada feliz. Arriba puse que la peli podría ser un texto si no fuera por el impacto de los niños desnutridos; pero un texto tendría la ventaja de ahorrarnos el patetismo final de ver unos porteños tratando festejar la huída de De La Ruá bailando/tocando batucada sin soul. Para colmo, hay un desperdicio de recursos visuales gigantesco: las escenas de la gente protestando, y, peor, celebrando, reciben el mismo tratamiento de colorgranoenfoqueloquesealomíoesotracosa igual de deprimente que el resto de la película. Contradicidendo a un grandísimo hijo de puta*, la alegría parecería ser sólo brasileña. ¿Por qué forzar ese final feliz, entonces? Porque no termina en nada, se lo deja a medias. Lo que me molesta, en el fondo, es que se intenta mostrar los acontecimientos de dicembre 2001 como positivos pero que no haya un apoyo, aunque sea indirecto, a la actual gestión de Kirchner, que es lógica consecuencia de esos actos ocurridos hace ya tres años y que está legitimada únicamente por ellos. Porque recordemos que la elección que debía consolidar a Kirchner jamás tuvo lugar por culpa del Malo Capicúa; y que, por otro lado, Kirchner negocia basado en su supuesta aprobación popular retroactiva. O sea, Kirchner es el final feliz, o el comienzo de algo nuevo, al menos.

Supongo que el ninguneo de Pino Solanas al presidente argentino es producto de alguna interna peronista que se me escapa; hace un par de años que recibo mails de unos anormales que apoyan a Rodriguez Saa, así que puede ser cualquier cosa. Como soy optimista, creo que el peronista clásico percibe la clase de amenaza democrática que es Kirchner. Y en esa ilógica justicialista, el director se cuida mucho de mostrar a Duhalde como un mafioso más, es más, ni siquiera se menciona su gobierno de transición, cuyo único mérito fue haber tratado de evitar las muertes civiles a cargo de la policía y dejar que la devaluación de la moneda echara a andar las exportaciones, como hicieron los muchachos de la 15 por acá.

Otra consecuencia de la filiación política de Pino es su ignorancia de la historia americana, porque sólo el desvío peronista puede llevarle a afirmar que Argentina fue en algún momento el país sudamericano con leyes sociales más avanzadas. Por si esto es leído por algún extranjero: ley de divorcio, tope de 8 horas de trabajo diarias, nacionalización de las áreas estratégicas de la economía, voto universal, todo eso existe en Uruguay desde principios del siglo XX gracias a un civil que ahora no nombramos mucho porque su sobrino nieto es nuestro actual presidente y comparte su apellido, pero es un hombre cuya obra está atrás de lo más constructivo del ahora victorioso Frente Amplio: Batlle.

Unas perlitas puramente documentales que rescato: el ¿lapsus? del funcionario Dromi, que, presentando un supuesto decálogo de las ideas privatizadoras del Malo, que el propio Malo no conoce porque aún no han sido publicadas, afirma que "nada de lo que deba ser del Estado será del Estado" (confirmado, Ghetta). Luego, una frase del Malo en campaña: "por los chicos pobres que no tienen que comer, por los niños ricos que están tristes". Digerite esa pastilla posmo, García Canclini.

Confieso que fui a ver la peli para medir mejor la de Jorge 'Moore' Lanata, que sólo puede sorprenderme gratamente porque no espero nada de ella. Supongo que se tratará, como este, los de Händler y los de Moore, de otro documental en que el director considera insuficiente demostrar su punto de vista con la elección de temas y el montaje cinematográfico, teniendo que verse obligado a aparecer relatando y en cámaras como el personaje más interesante del film. Esto me recuerda otorgarle un último dedito para abajo a la pésima banda de sonido, especialmente por Actitud María Marta, pero sobre todo por una especie de rap con letra del mismísimo, ubicuo, correcto, clarísimo Pino.



*Charly fue a tocar en el cumpleaños del Malo. Eso ya lo sabía. Pero gracias, Pino, gracias, por recordarme la clase de basura que son Jagger y Richards, escrachados para siempre con el Malo Feo en fotos de Gente y en este filme, al nivel de soretes como Camdessus, Susana Giménez, Bush Sr, Maradona y otros. Porque que yo sepa, ninguno sacó una declaración pública para separarse del Mal. Volviendo al horrible y amorfo Charly, el mismo día que viene a enchastrar Montevideo toca Monkelis en El Living... you choose.