lunes, agosto 30

Lost Weekend

Llegando a casa el viernes a la noche me espera la noticia de la rotura del disco duro más querido. Intentando arreglarlo hasta altas horas de la madrugada. Obsesión. Caos emocional. Fracaso. Derrumbe doméstico. Imposibilidad de concurrir al recital de cierta banda menor. Pesadillas cuando finalmente concilio el sueño. En ellas, la compu era parte de mi cerebro. Scandisk = encefalograma. Despierto acalorado: la cabecita durmiente no funciona tan mal. Eraserhead.

Domingo, compromisos sociales. El champagne logra alejar la pérdida por un rato, pero cuando vuelve, la sensación es arrasadora. Quiero mi encéfalo de vuelta. No alcanza con inflamar el que resta.

Lunes de mañana. Sin la compu, trato de ver la tele, taza humeante en mano. Hasta que desaparecen los conductores matinales -¿quién les dio la libreta?, ¿quién los libreta?- lo único que puede verse es la hora y la tempera. A las 11 aparece el Pato Darwing. Cuac, cuántos recuerdos. De pronto el capítulo es interrupto por la presentación de Bob el Constructor, con ese temazo que me encanta. Pero… ¿Bob no iba en otro canal? Yo estoy viendo el 12-Scheck… De pronto la señal aparenta desvanecerse y se transforma en un espantoso aviso de NuevoSiglo-Scheck, con música de los imbéciles de Rage Against the Machine, sugeriendole a los niñitos que le pidan ese cable a sus padres si quieren ver al buen Bob… Cuánta maldad capitalista: chantaje a los infantes. La otra cara de los secuestros express, sin duda. Pero, pero, pero… ¡Niños! ¡No todo está perdido! Hay otro canal que sí pasa a Bob, gratis, sin pedir nada a cambio; además, oh coincidencia, es el mismo canal que formateó el encéfalo de este adulto mirador de dibujitos. Sábados y domingos de mañana, sabedlo, pequeñines, sabedlo, tutores, Bob el Constructor en Canal 4. O como dicen los nuevos retrasados, Montecarlo Televisión . El caso es que no hay por qué donar nada a Teledoce-NuevoSiglo-ElPaís-Scheck. Esquive los peajes. Vea a Bob gratis. Es un país libre.

Al terminar la dosis, y ya de vuelta con el pato detective, recuerdo una frase probada y comprobada, propiedad de alguien que firmaba como Mario Ferrari Brown y que también disfrutaba de los razonamietos de Darwing: finalmente, todo pasa por la tele abierta. Ahí está Bob en Canal 4. Y en alguna parte de la red estarán muchos de los archivos que perdí en el disco duro. Tengo mi propia memoria para guiar la búsqueda. Viva el café.