martes, febrero 28

A quien corresponda

A pedido, va la carta de lectores no enviada. Los nombres han sido cambiados.


En la última edición de Brocha, el amigo Rocky Cichero cita unos comentarios que emití bajo seudónimo en el blog que llevo adelante. A pesar de que comienza la nota advirtiendo sobre los peligros de sacar expresiones de su contexto original, incurre exactamente en esa modalidad al publicar mis palabras. Los blogs son espacios de opinión de libre acceso pero generalmente no masivos; por muy distintos motivos, estos sitios de internet suelen tener una concurrencia moderada y constante. Por lo tanto, de la interacción entre quien publica el blog y sus lectores más fieles van surgiendo códigos y sobreentendidos específicos, como pasa en cualquier comunidad más o menos definida. En el caso de mi blog , uno de los códigos compartidos es cierta clase de sentido del humor. Cuando yo escribo, en medio de un largo diálogo, que "si yo fuera un creyente convencido sospecharía de la capacidad de un infiel de representar algo tan enorme, absoluto, total y abarcador como el dios o su profeta. Digo, si alcanza con poner un cartelito que diga Mahoma para reproducir a Mahoma... Uno sospecharía que ninguna de estas personas miró jamás la pipa de Magritte. Qué mierda hacen en Europa, si ni siquiera van a los museos", doy por entendido que el pequeño conjunto de mis lectores comprende de antemano a) que la gente que emigra por motivos económicos no suele tener entre sus prioridades visitar museos, b) que una cosa no equivale a su representación, c) que exigir aprecio dedicado a artes visuales para asimilar el punto b es un reclamo disparatado e irónico, y d) que el emisor desea él mismo visitar museos lejanos. (...)

Lo curioso es que, al contrario que Rocky, yo reivindico el derecho a ser malentendido y mal citado en mi propia comunidad, sea cual sea el tema en discusión. Si hay interés, y si hay libertad, los asuntos serán siempre aclarados. La libertad de opinión no es un fin en sí misma -en eso estamos de acuerdo-, sino un medio para conseguir objetivos más elevados. Pero es un medio imprescindible y, lo admito, forma parte de los valores con que fui educado y que no quiero resignar: ya supimos en este continente tener nuestras propias fatwas y censuras exitosas. No puedo imaginarme de qué manera no violenta, si no es a través de la libre circulación de información, es que podrá terminarse con la doble moral que, entre otras cosas, permite que sociedades democráticas en lo interno mantengan ejércitos de ocupación en el exterior (y, ya que estamos, que mantengan ejércitos a secas). En ese sentido, me alegra mucho que Brocha haya decidido publicar las caricaturas que, a costa de daños irreparables, han reavivado un debate fundamental sobre la amenaza a la libertad de expresión, y han dado además formidable publicidad a las actuales aventuras militares de algunos países escandinavos.

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lunes, febrero 27

Fijar curso

No me caen bien los poetas del rock. Digo, algunos están bien, pero como poetas son mediocres y como rockeros, debiluchos. Son poetas a los que no les alcanza con las palabras, son tipos que precisan un acompañamiento musical precario para estar a la altura del mensaje que les toca trasmitir. No, a mí déjenme con la gente que se las arregla con el lenguaje limitado que el rock impone. Dicen que el pobre John hizo 'Help' como respuesta a la crítica de que todas sus canciones estaban compuestas de palabras monosilábicas y por eso embutió tantas veces cosas como 'independence', 'self assured', 'appreciate'. John, si lo grandioso del inglés es que pueden decir tantas cosas con tan pocas sílabas. Nunca te hubieras transformado en un poeta portugués por más que lo intentaras.

El español, en cambio, obliga a piruetas varias para ajustar las tónicas a los golpes de bombo. Y muchas veces salen mal y pasan cosas como 'miraLÁ la puerta de Alcalá'. Si hubieran sido rioplantenses seguro hubiera salido 'miRAla la puerta de AlCAla'. Habiendo tantas formas de ser gamberro, porqué meterse con las acentuaciones. La manera más rockera de ser gamberro es limitando al máximo el vocabulario y de todos modos arreglárselas para seguir haciendo cosas con sentido. Por seguir en Iberia, mi gamberro favorito es Miguel Costas, que escribió la maravilla redundante

y yo siempre me cabreo
casi siempre que lo veo

como joyita oculta de una canción titulada 'Mario Encima del Armario'. Otro de mis gamberros celtas favoritos es Norman Blake, la patita renga del precioso taburete pop conocido como Teenage Fanclub. Por una cosa u otra, siempre vuelvo y vuelvo a estos escoceses, que no tienen nada que ofrecer excepto canciones ingeniosas y buen gusto guitarrero. Ahora, por ejemplo, hace dos meses que estoy tratando de sacarme de la cabeza un tema de ellos que redescubrí vía Redd Kross. Redd Kross son grandes intérpretes (de hecho, los conocí por su increíble versión 'How Much More' de las Go-Go's en Freedom of Choice, el mejor compilado de los '90) y como los Teenage Fanclub,Norman es el que parece Boromir tienen voces sobrenaturales. Con el tema que me desvela los Kross consiguieron resaltar la línea melódica que en la versión original está sepultada entre toneladas de low-fi voluntario e involuntario, porque se trata del primer tema del primer disco de los Fanclub. Leí que Masliah ha hecho algo parecido con un tema de Bach, o sea, resaltar un melodía que (por otros motivos, en su caso) no era clara en la versión predominante.

Así que ahora, añares después, vengo a redescubrir el primer tema de los adorados Teenage Fanclub. La música tiene algo muy interesante, como casi todos las composiciones de los TF (en este caso, la recurrencia a un acorde intermedio en el estribillo*), y eso SIEMPRE es lo primero, pero claro, después llega la letra, la letra de un gamberro

We grow older every day
but you don't change
or I don't see you changing

La clase de ambigüedad fascinadora que sólo puede lograrse mediante el vocabulario limitado, redundante. ¿Es una queja? ¿Es una celebración? En todo caso, no se trata de un adolescente. Siguen cayendo las pistas

Think about it everyday
just for a while
but then I just get the feeeeling

Ok, es un tema que preocupa. ¿Pero cuánto? Es algo que se piensa todos los días, pero enseguida se pasa. Seguro que es algo más complicado que un problema de pareja. Llega el estribillo

I'll never know which way it flows
Set a course but I don't know

Norman, marinero Norman, cuánto gamberrismo, cuán pocas palabras para expresar todo, todo lo que vale la pena ser dicho. Si en estos meses me hubieran apurado con una definición de 'hombre', seguro habría largado estos versos. El emperrarse en seguir cuando no se sabe nada, nada de nada. Rimado a lo bestia, repitiendo conceptos, claro, porque NO SE SABE, no hay referencias, pero algo hay que fijar, y es el propio fijar con insistencia lo que se vuelve una marca.

El tema sigue, pero ya no importa. Sólo queda una trampita: el título, que en realidad es lo primero que hay que leer para poder leer correctamente, es 'Everything Flows'. O sea, desde su primer tema en LP, una guiñada gigantesca de los Teenage Fanclub: sí, sí, mucho new age, mucha resaca hippie, ahora vamos a tocar la guitarra en serio y mucho porque todo fluye pero no sabemos adónde carajo. El gran Norman sigue regalándome ese tipo de sonrisas con regularidad. Ahora me acuerdo especialmente de una, provocada por un juego de palabras gamberro, cuando ví que había titulado un tema como 'Neil Jung'. Y vaya si yo sé apreciar un juego de palabras gamberro.


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*Si alguien se pone a buscar los acordes del tema, vaya sabiendo que la versión que circula en internet es incantable. La de los TF arranca en Re y la de Red Kross en Do. Con TF: Re, Fa#m, Sol, Re, Sim, Fa#m, Sim, Fa#m (¡repetición gloriosa!), Sol, Re. Estribillo: Mi, Sol, Sim, Sol, Fa#m, Sol, Re. (Esta utilización del Sol en el estribillo es hipnótica).

miércoles, febrero 15

Mondito blogger uruguayo

Todos los post son autorreferenciales, pero algunos más que otros. Hace un tiempito hice el más choto de todos, el que copia la lista de resultados de búsqueda que desmbocan en el propio blog. Pero era un chiste -¿le habrá hecho gracia?- para Ghetta. A raíz de un malentendido, sin embargo, anduve pensando en el mondo blogger por estos días.

Uno cree que lo lee más o menos la misma gente, y más o menos es cierto, pero no del todo. Están los que commentan, que se sabe quiénes son porque firman, Manoel, y están los otros, los que pasan y leen, y esos no se sabe quiénes son, porque no firman, hostia, y ni siquiera tienen ganas de inventarse pseudónimos divertidos. De todos modos, uno sabe más o menos cuántos son. Están los contadores de visitas y esas otras subherramientas tan inútiles que avisan del público que va pasando. A mí me viene llamando la atención una cosa respecto al tráfico visitante. Pero antes, una aclaración: todo este pensar se debe a que en esta semana Motoraway, el sitio donde Bob Pollard es Dios y Sigmur su profeta, ha sido citado por mano amiga en la prensa escrita, y hace otras semanas, pues lo mismo, citado en la prensa escrita por amiga mano. E hice rewind.

Hace unos meses, o tal vez más de doce meses, o sea, más de un año, me enteré con un pelito de antelación de que Novaleventar, el sitio donde Garisto es joven, iba a ser citado en una nota de prensa. Y el tema era polémico - involucraba libertades íntimas vs salud obligatoria- y actual, y candente y anunciaba la hilacha absurdamente antilibertaria del gobierno del FA. Por lo tanto, yo esperaba que el día de la publicación de la nota cayeran un montón de commentadores nuevos en el post abierto en el sitio de Ghetta. Esperaba. Esperé. Dejé un chiste. Y seguí esperando carne fresca.

La cosa se repitió, con otros sitios amigos y con sitios de los otros. El resultado, parecido. En estas semanas me dediqué a observar las variaciones en el tráfico de visitas luego de la impresión en tinta de la dirección del Motor. No encontré nada más allá de la usual declinación luego del pico máximo el día después de cada nuevo post. Como si la gente que lee prensa escrita no puediera o no estuviera interesada en dar el salto a la web. O como si todos los interesados en prensa y en la web ya estuvieran en sus lugares. O como si poca gente leyera la prensa escrita. O como si los mundos no se tocaran. O como si al final de cuentas nada importara mucho.

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Me acuerdo de que hace un tiempo largo un amigo estaba intrigado por conocer la verdadera identidad de una commentadora nueva que había aparecido en este blog. El insistía en que yo tenía que saber quién era, o sea, saber el nombre que dice su cédula de identidad. Yo le decía que no, que no lo sabía, que sabía quiénes no era por la manera de escribir y por los lugares adonde apuntaba, y que era alguien mayor que nosotros, pero que no sabía nada más. El amigo pesado no me creía. En un momento le dije "mirá, no sé quién es y no quiero averiguar. Quiero mantener la ilusión de que es alguien que no conocemos, que no tiene nada que ver con nosotros y no va a los lugares adonde vamos, que tiene una vida totalmente diferente y que nunca nos cruzamos. Me gustaría pensar que Montevideo es grande, y que, además del millón de pobres, hay medio millón que andan sueltos y libres y que no son primos". El amie siguió pensando que yo le ocultaba algo, pero por lo menos dejó de preguntar.

Al tiempo supe sin quererlo quién era esta persona. Me puso triste, no por la identidad en sí, sino por la pérdida. Efectivamente, yo la conocía de lejos, íbamos a lugares parecidos, y en el juego de las conexiones estábamos a solo dos personas de distancia. Ahora mismo estamos a una. Endogamia, please take me home. Where else. Y sin embargo, no deja de ser triste. No deja de ser triste que un salame se invente un nick choto para dejar puteadas personales cuando todo el mundo sabe quién es quién y que el mismo salame arrugue en cuanto sutilmente le confirman que sabemos quién sos. Porque a mí me encantaría seguir despistado. Seguir pensando en el medio millón de cibernautas. La pucha, si sale 10p la hora de cyber. Por qué siempre los mismos. No hay marcas, hay sólo pseudónimos arbitrarios. Sí, admito haber firmado un post con la partida de nacimiento. Pero ya estaba todo el pescado vendido. ¿No sabés quién es Sigmur? Mejor. Si no importa: el blogger es una función.

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Y que Alá tenga en su gloria al champagne caro helado y al tannat barato natural.

lunes, febrero 13

Lo que tienen para decirnos en el sitio de caricaturas iraníes

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( http://www.irancartoon.ir )

jueves, febrero 9

Bautismo de fuego

Todas la apariciones de "Ubagesner" que registra Google van seguidas de "Chávez Sosa".

viernes, febrero 3

Fea época para los librepensadores

Ahora es mas fácil llegar a ver las caricaturas cuya publicación divide al último rinconcito donde se cree en la libertad (Europa, todavía la casa del ser). Para el Departamento de Estado norteamericano, en cambio, el asunto es clarísimo: las caricaturas son ofensivas para los creyentes musulmanes. Entre derechas religiosas no hay cornada.

En cuanto consiga el dignísimo editorial por el que despidieron al director de France-Soir lo traduzco, pero el sitio del diario está caído (tal vez por obra de ataques de fanáticos religiosos, tal vez porque France-Soir se estaba fundiendo).

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Actualización - el editorial de Jacques Lefranc degradado del inglés:

Es necesario enfrentarse a lo infame, como le gustaba decir a Voltaire, a esta clase de intolerancia religiosa que no acepta ninguna burla, ninguna sátira, ninguna ridiculización. Los ciudadanos de sociedades democráticas y seculares somos llamados a condenar una docena de caricaturas juzgadas ofensivas al Islam. ¿Llamados por quiénes? Por la Hermandad Musulmana, por Siria, por la Jihad, por los ministros del interior de países árabes, por las Conferencias Islámicas - todos mojones de tolerancia, humanismo y democracia.

Así, tenemos que disculparnos ante ellos porque la libertad de expresión, esa que ellos niegan día a día a cada uno de sus ciudadanos, fieles o militantes, es ejercida en una sociedad que no está sujeta a su ley de hierro. Es el mundo al revés. No, nunca vamos a pedir disculpas por ser libres para hablar, pensar y creer.

Porque estos autoproclamados doctores de la ley han hecho de esto un asunto de principios es que tenemos que ser firmes. Ellos pueden reclamar lo que quieran, pero nosotros tenemos el derecho de caricaturizar a Mahoma, a Jesús, a Buda, a Yahvé y a toda forma de teísmo. A eso se le llama libertad de expresión en un país secular.

Por siglos la Iglesia Católica no fue mejor que este fanatismo. Pero la Revolución Francesa lo solucionó, dándole a Dios lo que le correspondía y al César lo que era del César.